“ Cuando subía la marea se separaba la isleta del resto de la ciudad y, en doscientos metros, se perpetraba un cambio en el contexto geográfico. La partición de este sector de la ciudad: el puerto y Las Canteras, se significaban, entonces, en dos mundos diferentes: el del ocio y la actividad portuaria. Co ello, se había alterado el ecosistema, y el resultado devino pobre, deteriorado. La obra, una cubeta de acero contiene dos planos inclinados en los que se incrusta una piedra. Si bien, en un principio el agua del mar cubre la totalidad del contenedor, cuando el efecto de la luz solar incide sobre la superficie, la evaporación deja al descubierto la piedra y el efecto de corrosión del agua salada sobre el acero, evidencia el deterioro de la obra”.